Digitalización y Mejora Continua
Digitalización y Mejora Continua
Digitalización y Mejora Continua
Arguider Isasti
Profesor Investigador de la Escuela Politécnica Superior
04·02·2022
Artículo de opinión publicado en Byte TI
Digitalización y mejora continua
La digitalización de las empresas ya no es algo opcional, algo que vayamos a hacer en un futuro, es ya el presente, en todos los ámbitos, y no es una excepción el ámbito de la mejora continua. Pero mientras que para algunas compañías la digitalización es una moda y la mejora continua es algo ya muy conocido, otras van incrementando su ventaja gracias a esta conjunción. ¿Pero dónde está la diferencia? ¿Porque algunas compañías mejoran mientras otras están estancadas? ¿Dónde encaja la digitalización en esta ecuación?
Es indiscutible la fuerte competencia que sufren las compañías hoy en día, y cuanto mayor competitividad, mayor es la necesidad de ser un poco mejor que el resto. Pero esto no es algo estático, al contrario, es cada vez más dinámico, cada vez cuesta más fidelizar clientes, y casi estamos analizando y comparando proveedores antes de cada pedido. A este problema se le suma el incremento de los costes de materia prima, energía, etc. que hacen que tengamos que hilar aún más fino si queremos obtener un margen en nuestras operaciones, ya que un mercado altamente competitivo sobre todo en precios, pero a su vez un incremento de los costes de producción, conllevan inevitablemente a márgenes mínimos e incluso nulos.
¿Y en estas aguas tan revueltas, donde está la ganancia de los pescadores? Pues la ganancia está en la necesidad de mejorar continuamente, en no estancarnos, en la necesidad de conocer perfectamente nuestros procesos y optimizarlos constantemente. Y estamos hablando de necesidad, no es una opción, o mejorar o morir, no hay más camino.
¿Pero si llevamos tantos años con la mejora continua, y aún no hemos conseguido gran cosa, como podemos hacer que funcione la mejora continua? Y es en este punto, ante esta pregunta, donde cobra fuerza la metodología Lean-Six Sigma, el cual analiza y unifica diversos métodos de mejora continua anteriores, quedándose con todo aquello que funciona, y modificando todo aquello que no, para hacerlo funcionar. Estamos hablando de afrontar problemas bien definidos en equipos multidisciplinares, estructurados, formados, con recursos, y que se basan en datos y hechos, en evidencias, y no en creencias y sospechas. Es decir, se recogen datos, se analizan los datos haciendo que se conviertan en información (conocimiento), y finalmente decidimos en base a esa información o conocimiento. Por lo tanto, la recogida y tratamiento de los datos se convierte en punto clave para tomar decisiones y mediante la metodología Six Sigma vamos a tomarnos la mejora continua en serio de una vez por todas.
Claro está que la digitalización de los datos, y la automatización de la recogida de estos nos facilitara, agilizara e incluso nos posibilitara la labor de adquirir conocimiento. Pero cuidado con ahogarse en datos, ya que la digitalización nos permite la recogida y análisis de muchos datos a la vez, pero muchas veces solamente unos pocos se utilizarán para conocer y decidir. Este conocimiento adquirido tiene que marcar las líneas de actuación, y no morir en unos gráficos de color que muestran nuestra evolución y los miramos con la esperanza de que nuestros indicadores vayan mejorando. La digitalización en algunas empresas les está sirviendo simplemente para ver lo mal que lo están haciendo, pero en tiempo real. Van monitorizando los resultados en tiempo real, pero no están utilizando el potencial de la digitalización de los datos (la inmediatez de la información) para adelantarse a los problemas y evitar que ocurran. No se trata de aprovecharnos de la inmediatez de información para dibujar el pasado, sino de para redireccionar rápidamente el lápiz y dibujar el futuro.
Por último, y no por ello menos importante, quisiera recalcar la fiabilidad de los datos, ya que en el Six Sigma estamos hablando de una metodología que nos lleva al conocimiento y a la actuación basándose en datos, por lo que esos datos tienen que ser reales, correctos y fiables. Además, al tratarse de equipos multidisciplinares, también tienen la función de convencer, ya que cada miembro del equipo puede tener su propio punto de vista sobre una misma realidad. Basarse en estas evidencias será clave para que un equipo multidisciplinar, tome decisiones lógicas, consensuadas y unificadas. Será necesario verificar que la herramienta, método o frecuencia de la recogida es correcta para la fiabilidad del dato, e incluso algunas veces habrá que acordarlo previamente a la recogida, para que el resultado sea convincente.
Para acabar, quisiera poneros un ejemplo que pueda resumir todo lo mencionado en las líneas previas. Pensad en cualquier deporte que os guste o practiquéis, y seguro que a nivel profesional hay una grandísima competitividad. Seguro que, con el nivel, material, métodos, marcas de hace 5, 10 o 15 años, sería impensable destacar hoy en día. La necesidad, la grandísima competitividad, hace que deban seguir mejorando continuamente, y esa mejora es pasito a paso, y es una mejora basada en datos y hechos.
Hoy en día un ciclista que va compitiendo en una contrarreloj no se guía por sensaciones, sino que llevan potenciómetros incorporados en las bicis para saber en cada momento la potencia que ejercen, y saben perfectamente (con estudios previos) la potencia que pueden mover y durante cuánto tiempo (conocimiento de su proceso). Detrás de cada ciclista, hay un equipo que va analizando en tiempo real las referencias de tiempo de los anteriores, potencia que lleva, el acumulado, y los resultados de los test previos, y en base a todo ello, van dando órdenes al ciclista. Ya no hay desfallecimientos, no hay grandes sorpresas, y aunque esto sea desfavorable de cara al espectáculo, las medias de velocidad y los resultados no paran de subir y mejorar.
Hace unos años nadie sabía cuántos km corría un futbolista en un partido de fútbol, hoy en día los vemos entrenar con unos chalecos GPS con el cual se recogen distancias, velocidades, nº de aceleraciones, etc. y estos datos no son para curiosidad de los aficionados, sino para preparar específicamente los jugadores a ese nivel de esfuerzos. Un equipo multidisciplinar (entrenador, preparador físico, masajista, nutricionista, etc) diseñara unos ejercicios y pautas para que ese jugador mejore esa velocidad punta, o resistencia, o potencia de salto, según la necesidad, y esas pequeñas mejoras deciden si la jugada termina en gol.
Al fin y al cabo, se trata de poner la digitalización a merced de la mejora, y basarse en las evidencias recogidas (datos) y no en suposiciones, para llegar al conocimiento total de nuestros procesos de cara a mejorarlos.